Columna

Botiquín de primeros auxilios

Te cuento sobre las herramientas emocionales que necesitas para afrontar el dolor.
jueves, 31 de marzo de 2022 · 14:41

Curitas, agua oxigenada, alcohol, gasas, aspirinas, entre otras cosas. Esto y más es lo que por lo general guardamos en un botiquín de emergencias y es que una herida mal cuidada puede complicarnos bastante. Enfrentar y calmar los dolores es fundamental. Acudir al doctor también. 

Estos últimos días me he preguntado: ¿y qué hacemos cuando lo que nos duele es el sentimiento? ¿Cuándo la herida no se ve físicamente, pero sabemos que algo nos está doliendo y pensamos que es el corazón el que pega gritos de dolor? ¿Cuándo tenemos tan congestionada la visión, porque el miedo nos paraliza y no nos deja avanzar? ¿Cuándo el pasado suelta una lágrima y el futuro nos hace estornudar y perder la claridad por segundos?

¿Cuál es el botiquín de primeros auxilios que debemos tener para estos casos?

El dolor del alma es el que más rápido se incuba, es como una plaga que recorre nuestras venas, hasta llegar a nuestro cerebro en donde se pega como cemento. De no atacarlo en el momento indicado y a la mayor velocidad posible, nos puede causar una pérdida de rumbo inaudita.

Hoy en día el éxito no se mide en bienes materiales, se mide en el nivel de paz mental que tiene tu alma y tu consciencia (consciencia con S me refiero a la capacidad del ser humano para percibir la realidad). Esa con la que llegas cada día a tu examen de conciencia (con C me refiero al conocimiento moral de lo que está bien y lo que está mal) nocturno y repasas y cuestionas tus acciones, tu benevolencia con el prójimo y contigo mismo. Siendo esta última parte la más importante, pues no le podemos dar al otro, lo que no nos damos a nosotros mismos.

Cuando le tenemos miedo al dolor, nos paralizamos, y preferimos ocultarlo en vez de sentirlo, de afrontarlo. Atravesar el miedo con valentía es el primer paso de confianza para que los llamados de nuestro corazón se lleven a cabo. La única manera de saber si algo va a funcionar o no, es haciéndolo. Y cuando le abrimos la puerta al miedo, vemos y entendemos que estos sólo están en nuestra cabeza y que incluso, (me atrevo a apostar que) la mayoría del tiempo no son reales y una vez que los encaramos, estos se difuminan y se minimizan. Es como abrirle la puerta del clóset al monstruo, una vez que lo hacemos nos damos cuenta que nosotros somos más grandes, más poderosos y más sabios.

Por eso es muy importante empezar a hacer nuestro botiquín de emergencias para el alma, al cual podamos recurrir siempre, pero, sobre todo, en los casos de emergencia, cuando sentimos que la ansiedad se empieza a apoderar de nuestra visión, nuestros sentidos y nuestros pensamientos. Este puede contener: el calor y el amor de la familia, amigos que nos escuchen, mentores, terapeutas, mensajes de amor, de perdón, buenas acciones, flores, sonrisas, abrazos, besos, helados, chocolates y por supuesto, nuestras mejores intenciones.

Como dijo el escritor egipcio Naguib Mahfouz, premio nobel de la paz: "El miedo no evita la muerte. El miedo evita la vida".

Trabajar en la sanidad mental, en nuestras creencias y nuestros miedos es fundamental para poder diseñar y crear la vida que queremos vivir. 

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