Eugenias, los árboles frutales con poderes medicinales que puedes plantar en maceta

Estos hermosos árboles frutales pueden usarse desde la cocina hasta para aliviar algunos problemas de la salud. Lo mejor es que puedes tenerlos en tu casa.

La naturaleza no solo nos da especies que a la vista son hermosas, también con poderes medicinales para cuidar de nuestra salud sin tener que acudir a fármacos, como es el caso del árbol Eugenia, que además de lucir unas flores blancas pequeñas divinas y unos frutos del tamaño de peras que no pueden pasar desapercibidas, es popular dentro de la medicina ancestral. Aquí te contamos cómo utilizar estos árboles para mejorar tu calidad de vida.

Los poderes medicinales de los eugenia

Los Eugenias (Syzygium paniculatum) son árboles frutales que pueden usarse para favorecer algunos aspectos en el cuerpo. Sus hojas son ideales para preparar una infusión con efectos diuréticos, digestivos y contra la diarrea, mientras que la corteza puede utilizarse para las anginas y otro problemas de la garganta (solo se necesita llevar al fuego y asegurar la decocción de la corteza para que se pueda usar).

Los frutos de los árboles Eugenias tienden a ser de uso culinario, es decir, en la cocina es un gran ingrediente. Se pueden comer los frutos secos, enteros o partidos y en caso de que lo tuyo sea lo dulce, puedes crear conservas, mermeladas, jugos o jaleas, pero no tiene ningún efecto sobre la salud salvo como alimentos ricos y nutritivos que puedes incluir de vez en cuando en tu dieta diaria.

¿Cómo tener eugenias en casa?

Tener Eugenias en casa es posible, incluso puede crecer como un arbusto bonito en pirámide y llegar a medir hasta 7 metros de altura. Para plantar estos árboles frutales solo debes asegurar que el suelo sea adecuado, con un buen drenaje, humedad y nutrientes. En cuanto a la luz solar, este es uno de lo árboles frutales que prefieren lugares un tanto sombríos. Se recomienda que al momento de plantarlo se haga durante pleno sol.

Además, los árboles frutales Eugenias son muy resistentes. Durante los inviernos son capaces de sobrevivir ligeras heladas y no necesitan de mucho riego, basta con una abundante cantidad de agua una vez a la semana. Y si quieres cultivarlo en una maceta, solo consigue una que sea grande, con huecos para que el agua del riego pueda drenar y un suelo que no se encharque, pero sí sea húmedo.