Tierra dura, raíces asfixiadas: cómo evitar que tus macetas se conviertan en un bloque compacto

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Karla Talavera

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Publicado: 28/6/2025 · 8:00 p.m. MX | Actualizado: 28/6/2025 · 8:00 p.m. MX

Aunque sabemos que las plantas nos brindan oxígeno, pocos saben que ellas también lo necesitan para sobrevivir. Y no, no lo toman por sus hojas, sino por sus raíces. Este dato, tan simple como sorprendente, puede marcar la diferencia entre una planta sana y una que muere lentamente.

Las raíces vivas requieren oxígeno para cumplir sus funciones básicas, y lo obtienen de los pequeños espacios de aire que se generan en el sustrato. Estos espacios son resultado de la presencia de materia orgánica, que al descomponerse alimenta a microorganismos y lombrices. Al moverse, estos organismos generan de manera natural una aireación en el suelo, manteniéndolo suelto y saludable.

Pero si el sustrato de tus macetas o jardín es pobre en materia orgánica y rico en arcilla o limo, el problema comienza. Cuando riegas ese tipo de tierra, el agua elimina los pequeños bolsillos de aireación, provocando un efecto de compactación. Las raíces se quedan sin oxígeno, se debilitan y dejan de absorber agua y nutrientes de forma eficiente. El resultado: plantas marchitas, zonas secas y un suelo sin vida.

Un sustrato equilibrado: la receta básica para evitar la compactación

Para prevenir este problema, lo ideal es preparar un sustrato que favorezca tanto el drenaje como la retención de nutrientes. A continuación te compartimos una mezcla básica, útil para la mayoría de las plantas de interior o exterior. Solo recuerda adaptarla según las necesidades de cada especie.

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Paso previo: Usa la misma medida para todas las “partes” (puede ser una taza, litro o cubeta, según el volumen que necesites).

Primera parte (2/3 del total = 10 partes)

• Tierra negra: 4 partes
• Arena: 3 partes
• Perlita: 3 partes

Segunda parte (1/3 del total = 5 partes)

• Fibra de coco: 2 partes
• Corteza de pino: 2 partes
• Humus de lombriz: 1 parte

Esta combinación logra un equilibrio entre estructura, retención de humedad, aireación y nutrición. Además, evita que el sustrato se compacte con el riego constante, permitiendo que las raíces respiren y se desarrollen con fuerza.

Si notas que el agua se encharca o tarda en absorberse, es momento de revisar la mezcla de tu sustrato. Una buena tierra no solo sostiene tu planta, también la mantiene viva desde adentro.

Karla Talavera