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¿Cómo cuidar un helecho culantrillo y no morir en el intento?

Sí, es delicado. Sí, necesita humedad constante. Pero con los cuidados correctos, este helecho puede volverse tu planta favorita.

¿Cómo cuidar un helecho culantrillo y no morir en el intento
Enamórate de nuevo de los helechos. Foto:Canva Pro

El adiantum raddianum, más conocido como culantrillo o culandrillo, es uno de los helechos más deseados por amantes de las plantas... y también uno de los más temidos. ¿La razón? Su belleza va acompañada de una sensibilidad extrema: ama la humedad, odia el descuido y no perdona la sequía. Aún así, quienes logran entenderlo y adaptarse a sus reglas, terminan profundamente enamorados.

Lo curioso es que, aunque en casa puede parecer el helecho más quisquilloso del mundo, en la naturaleza crece donde quiere: desde México hasta Argentina, en paredes húmedas, orillas de ríos, humedales e incluso tapias abandonadas en la ciudad. Todo lo que necesita es humedad constante, sombra suave y un suelo que retenga agua sin encharcarse.

¿Quieres tener uno en casa sin que se muera a los dos días? Acá van los mejores tips para cuidar a tu culantrillo sin dramas (o al menos, con los mínimos).

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Tips básicos para tener un culantrillo feliz y frondoso

1. La humedad lo es TODO- Este helecho necesita un ambiente húmedo, como tropical. Si vives en clima seco, pon la maceta sobre un platito con agua, usa humidificador, o agrúpalo con otras plantas para crear un mini microclima.

2. Nada de sol directo- Le gusta la luz brillante pero filtrada. Un espacio cerca de una ventana al este o al norte con cortina es ideal. El sol directo lo quema rápido.

3. Maceta porosa = mejor vida- Usa macetas de terracota: absorben humedad y ayudan a mantener condiciones más estables. Además, si usas un platito con agua debajo, el culantrillo va a “beber” lo que necesite.

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4. El sustrato ideal- Necesita un sustrato ligero y con turba, que retenga humedad sin encharcarse. También tolera suelos pobres, incluso arcillosos, mientras estén bien hidratados.

5. Riego constante (sin exagerar)- Nunca dejes que se seque del todo. Un día sin agua puede marchitarlo visiblemente. Toca la tierra: si está seca al tacto, es hora de regar.

6. ¿Hojas feas? córtalas sin miedo- Si alguna hoja se ve seca o quebrada puedes cortarla. Mientras el rizoma esté sano, van a salir nuevas hojas muy pronto.

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7. Fertiliza con nitrógeno- Como produce muchas hojas, necesita abono rico en nitrógeno. Un fertilizante foliar equilibrado cada 15 días (en primavera-verano) será suficiente.

8. Sin plagas, sin dramas- Buena noticia: casi nunca le atacan plagas. Es un helecho bastante limpio y resistente en ese aspecto.

¿Y si se muere? No lo des por perdido…

El culantrillo tiene esa magia resiliente: puede parecer completamente seco, sin una hoja viva... y semanas después, si las condiciones son buenas, rebrotar desde el rizoma. Así que no tires la maceta tan rápido.

También puedes reproducirlo por esporas (esas bolitas en el reverso de las hojas), o por división del rizoma: parte el grupo de raíces en dos y ya tienes dos helechitos nuevos.

¿Vale la pena tanto esfuerzo? Si eres amante de las plantas, sabes que algunas de las especies más exigentes son también las más hermosas. El culantrillo es así: dramático, sí, pero también único, elegante y poderoso cuando está bien cuidado. Y, como todo lo bueno en la vida, requiere compromiso.

¿Tú también tienes un culantrillo que revive y muere cada tanto? ¿O ya domaste al drama y vives rodeado de helechos felices?

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author
Karla Talavera

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