Imán de la riqueza, ¿qué significa la planta de jade según el Feng Shui?

Su facilidad de cuidado también se alinea con el principio de armonía y equilibrio en el Feng Shui.

Significado de la planta de jade según el Feng Shui. Foto: Canva

La planta de jade, también conocida como Crassula ovata, es una planta popular en el Feng Shui debido a sus asociaciones con la prosperidad y la buena fortuna. En la tradición del Feng Shui, la planta de jade se considera un potente imán de riqueza y éxito financiero.

Y es que, dentro del Feng Shui, la planta de jade es vista como un símbolo de riqueza y prosperidad, pues su forma redondeada y sus hojas verdes son interpretadas como un signo de crecimiento económico y abundancia. Por lo general, esta planta se coloca esquina sureste de una habitación o del hogar, que es el área asociada con la riqueza y la abundancia.

Hay que recordar que el Feng Shui es una antigua práctica china que se basa en la creencia de que el diseño y la disposición del espacio pueden influir en la energía y el bienestar de las personas que lo habitan. La frase “Feng Shui” se traduce literalmente como “viento y agua,” y se refiere a la idea de que la energía, o qi (también escrito chi), fluye a través de los espacios y afecta nuestra vida.

Además de sus beneficios simbólicos, la planta de jade es conocida por ser de bajo mantenimiento, lo que la hace ideal para cualquier hogar o oficina.

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¿Cuáles son los cuidados de la planta de jade?

La planta de jade prospera con luz indirecta brillante. Asegúrate de no exponerla a luz solar directa, ya que esto puede dañar sus hojas. Un lugar ideal es cerca de una ventana con luz filtrada. Si la luz es demasiado directa, las hojas pueden quemarse. Y si está acostumbrada a condiciones de baja luz, debe ser adaptada gradualmente a la luz directa.

Es importante no sobreregar la planta. Deja que el suelo se seque completamente entre riegos para evitar problemas de raíces podridas. La planta de jade es resistente a la sequía y prefiere que el suelo se seque completamente entre riegos. Es mejor regar menos que más, ya que el exceso de agua puede provocar pudrición de las raíces.

Durante el invierno, reduce la frecuencia de riego, ya que la planta entra en un período de crecimiento más lento.

Admás, necesita un suelo bien drenado. Para ello utiliza una mezcla para cactus o una mezcla para suculentas que facilite un buen drenaje. Evita suelos que retengan demasiada humedad.

Por último, la planta de jade prefiere temperaturas entre 18°C y 24°C. Puede tolerar temperaturas más bajas hasta aproximadamente 10°C, pero no debe exponerse a heladas.