¿Qué es el depression hairstyle? Conoce la polémica tendencia en peinados este 2025

La salud mental es un tema que requiere sensibilidad, respeto y una mirada profunda desde todos los espacios de representación, incluidos los medios y el arte. En esa línea, no es menor el impacto que tiene la industria de la moda como espejo —y a veces síntoma— de los comportamientos sociales, económicos e incluso políticos.

Históricamente, lo que llevamos puesto ha hablado no solo de identidad personal, sino de estados colectivos. Un ejemplo clásico es el “índice del dobladillo” (hemline index), que sugiere que en tiempos de prosperidad económica las faldas tienden a acortarse, mientras que durante recesiones se alargan. Esto responde a lógicas de consumo emocional: cuando hay bonanza, se privilegia lo estético sobre lo práctico; en crisis, prima la funcionalidad.

Aunque algunos expertos cuestionan esta teoría por su falta de rigor académico, resulta innegable que las pasarelas y lo que dictan las grandes marcas tienen un peso fuerte en cómo las personas se perciben —y se presentan— ante el mundo.

Depression hairstyle: entre la autenticidad y la romantización del descuido

Este 2025, las pasarelas han dado mucho de qué hablar con una nueva tendencia que ha encendido el debate: el llamado "depression hairstyle" —o en español, estilo de cabello depresivo. Se caracteriza por un look desalineado, aparentemente falto de cuidado: cabello que simula estar húmedo, sin peinar, con frizz, partido al medio de forma caótica y texturas indefinidas. No es casual que esta estética se haya asociado con el ya conocido estilo "ugly chic", donde la belleza está en lo imperfecto, lo desarreglado y lo honesto.

Algunos analistas de moda sugieren que esta tendencia no solo refleja el agotamiento social, sino también una forma de resistencia estética frente al ideal del clean look —la imagen pulida, ordenada y perfecta que domina redes sociales y entornos corporativos. ¿Es esta una forma de decir: “no puedo más y lo muestro”? ¿O estamos ante una peligrosa romantización del sufrimiento emocional?

También surgen voces críticas que acusan a las grandes casas de moda de frivolizar el sufrimiento mental para convertirlo en capital estético, comercializando síntomas como parte de un statement sin una reflexión real detrás.

¿Cómo resignificar esta tendencia sin trivializar el dolor?

La clave puede estar en el enfoque. Si se convierte en una expresión auténtica, pensada y sentida desde la propia historia personal, puede ser una herramienta de visibilización. No se trata de dejar de lado el autocuidado, sino de reinterpretarlo: permitirte lucir tu cabello natural, aceptar tu textura real, jugar con un wet look desordenado no como descuido, sino como una forma genuina de expresión.

Lo importante es recordar que la salud mental debe ser prioridad, y que en un mundo acelerado y exigente, cuidarnos —por dentro y por fuera— también puede ser una forma de resistencia.