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“Habemus Papa”, la frase que resonó en el Vaticano y el mundo

El proceso electoral para elegir al Obispo de Roma, conocido como cónclave, fue más breve de lo esperado, duró 26 horas

“Habemus Papa”, la frase que resonó en el Vaticano y el mundo
El cardenal francés Dominique Mambert salió al balcón central de la Basílica de San Pedro y pronunció la célebre frase en latín: “Habemus papam”. Foto: AFP.

“Debemos buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera que construya puentes, que dialogue y esté siempre abierta a recibir con los brazos abiertos a todos los que necesiten nuestra caridad, nuestra presencia y amor”.

De la chimenea del techo de la Capilla Sixtina salió la “fumata bianca”, aquella fumarola que constataba que había un acuerdo entre los 133 cardenales electores para designar al sucesor del Apóstol San Pedro.

El cardenal francés Dominique Mambert, designado para anunciar al Sumo Pontífice, salió al balcón central de la Basílica de San Pedro y pronunció la célebre frase en latín: “Habemus papam”. Tenemos Papa. El júbilo se apoderó de la multitud congregada en la Plaza de San Pedro y el mundo quedaba expectante a la aparición del nuevo Obispo de Roma. Sobre las 7:00 de la tarde, Robert Francis Prevost, León XIV deslumbró al mundo con su sonrisa, sencillez y emoción. Trajeado con las vestimentas tradicionales de los Pontífices, con la muceta y la estola, envió su primer mensaje: “La paz sea con ustedes. Debemos buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera que construya puentes, que dialogue y esté siempre abierta a recibir con los brazos abiertos a todos los que necesiten nuestra caridad, nuestra presencia y amor”, afirmó.

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“Debemos buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera que construya puentes, que dialogue y esté siempre abierta", afirmó el papa León XIV. Foto: AFP.

LA ELECCIÓN

El proceso electoral para elegir al Obispo de Roma, conocido como cónclave, fue más breve de lo esperado, duró 26 horas. León XIV fue electo en la cuarta votación, en el segundo día del cónclave. Los 133 cardenales, menores de 80 años, procedentes de todo el mundo, encontraron en Prevost una figura de consenso y dialogante, que acabó con la división con la que comenzó la votación con tres fumarolas negras, que indicaron los desacuerdos.

<i>“Yo también quisiera que este saludo de paz entrara en los corazones de ustedes, llegara a sus familias y a todas las personas”.</i>

El primer día del cónclave, el 7 de mayo a las 16:30, los 133 cardenales se confinaron en la Capilla Sixtina bajo la celebérrima obra del artista renacentista Miguel Ángel. Partió como favorito en las quinielas el cardenal italiano Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano. No alcanzó los 89 votos necesarios las dos terceras partes del escrutinio) para liderar la Iglesia. Al día siguiente, el jueves 8 de mayo, hubo una división en el bloque italiano y se comenzó a gestar con firmeza la candidatura de Robert Prevost, que mantuvo siempre un perfil discreto. En la cuarta votación fue proclamado como el 267 sucesor de San Pedro, al alcanzar la mayoría del escrutinio. Los cardenales se pusieron en pie y lo ovacionaron. El nuevo Santo Padre se quedó sentado incrédulo y abrumado. Un cardenal tuvo que ayudarle a levantarse de su asiento.

Se cumplió una vez más el refrán: “Quien entra Papa, sale cardenal”. El preferido en las quinielas era Parolin y no logró ampliar su sólida base.

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La multitud congregada en la Plaza de San Pedro estalló en júbilo cuando se supo que había un nuevo Papa. Foto: AFP.

SU DISCURSO

León XIV tiene un profundo sentido pastoral y sabe que se enfrenta a grandes desafíos: Lograr la paz en un planeta golpeado por varias guerras, ayudar a los pobres, a los migrantes, luchar contra la pederastía en la Iglesia y sanear las finanzas del Vaticano con un déficit de 83 millones de euros. Sin duda, será un Obispo de Roma que consagrará una nueva era. Con palabras en español e italiano, el Papa León se dirigió al mundo con un mensaje de paz y unión.

“¡La paz sea con ustedes! Queridísimos hermanos y hermanas, este fue el primer saludo de Cristo resucitado, el buen pastor que dio su vida por el rebaño de Dios. Yo también quisiera que este saludo de paz entrara en los corazones de ustedes, llegara a sus familias y a todas las personas, dondequiera que estén; y a todos los pueblos y a toda la Tierra: la paz sea con ustedes.

Esta es la paz de Cristo resucitado, una paz desarmante, humilde y preservadora. Proviene de Dios. Dios, que nos ama a todos, sin límites ni condiciones. Mantengamos en nuestros oídos la voz débil, pero siempre valiente, del papa Francisco, que bendijo a Roma, el papa que bendijo a Roma y al mundo aquel día, en la mañana de Pascua.

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<i>¡Gracias, papa Francisco! Gracias a mis hermanos cardenales que me eligieron para ser el sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes".</i>

Permítanme que continúe con esa misma bendición. Dios nos ama, a todos nosotros, el mal no prevalecerá. Todos estamos en las manos de Dios. Sin miedo, unidos, de la mano de Dios y entre nosotros, vamos a seguir adelante. Somos discípulos de Cristo, Cristo va delante de nosotros, y el mundo necesita su luz. La humanidad lo necesita como un puente para llegar a Dios y a su amor. Ayúdanos a construir puentes con el diálogo y el encuentro para que todos seamos un solo pueblo siempre en paz.

¡Gracias, papa Francisco! Gracias a mis hermanos cardenales que me eligieron para ser el sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes como una Iglesia unida buscando todos juntos la paz y la justicia, trabajando juntos como mujeres y hombres, fieles a Jesucristo sin miedo, anunciando a Cristo, para ser misioneros, fieles al Evangelio”.

Fue parte de su primer discurso como nuevo Sumo Pontífice.

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author
Patricia Alvarado

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