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Más allá de los Diplomas… Las amistades después de la graduación

Si tuviste la suerte de formar vínculos fuertes, lo más probable es que sean para toda la vida

Más allá de los Diplomas… Las amistades después de la graduación
"El colegio es un terreno fértil para las amistades." Foto: Freepik / Ilustrativa.

Estamos en plena temporada de graduaciones. Muy emocionante todo lo que sucede alrededor del o la graduada. Que si el discurso, que si la toga, el birrete, la fiesta, el vestido y un sinfín de cosas. Pero hoy quiero hablar de otra cosa mi querido lector. Hoy quiero hablar del gran cambio que sucede en el terreno de la amistad. Porque después de la graduación de la preparatoria, esto no vuelve a ser igual nunca. Si tuviste la suerte de formar vínculos fuertes, lo más probable es que sean para toda la vida.

El colegio es un terreno fértil para las amistades. Los recreos, las tareas en grupo, los pasillos compartidos y las diversas actividades tejen lazos. Aunque no seamos afines con todas las personas, ahí están y tenemos acceso a ellas todos los días. Sin embargo, al terminar esta etapa, estas conexiones cambian. La nueva vida trae nuevos intereses, horarios, responsabilidades y con ello una redefinición de lo que significa ser amigo.

Después del colegio, las amistades ya no son automáticas. No basta con sentarse juntos en clase. Ahora se requiere de una intención. Mantener una amistad significa elegir invertirle tiempo y energía. Aquí es donde ocurre la verdadera depuración: algunas relaciones se diluyen, otras se fortalecen y nuevas amistades florecen en contextos inesperados.

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Mel Robbins autora del libro “LET THEM” llama a esta etapa “la gran dispersión”, porque cada uno toma su camino, según lo que estudian se van a diferentes universidades e incluso a otros países, hay quienes directamente se van a trabajar. Ella dice que hay tres pilares para que ocurra una amistad: proximidad, energía y tiempo. En la escuela es muy fácil hacer amigos ya que la proximidad está ahí a diario, sobre todo si fuiste a la misma escuela desde pequeño. Lo mismo con el tiempo, pues pasabas todos los días un mínimo de 6 horas juntos y no había que meter demasiada energía. A partir de la graduación, estos tres pilares tienen que ser voluntarios, hay que tomar acción para mantener las relaciones. Y por lo mismo otras más se van a dar naturalmente.

Es importante entender esto para saber que el valor de una amistad radica no en su duración sino en su autenticidad. Algunas amistades de la infancia pueden quedarse en el recuerdo, y esto está bien. A veces, soltar es necesario para crecer. La vida es larga y luego se encarga de volverte a juntar. Lo esencial es cultivar vínculos que te inspiren, te apoyen y te reten a ser mejor.

Un aspecto positivo de esta nueva etapa es que se te ofrece la oportunidad de elegir con más consciencia a tus amigos. Puedes escoger con quien rodearte. Personas que compartan tus mismos valores, respeten tus límites y celebren tus logros. La calidad empieza a reemplazar la cantidad.

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Así que si estás dejando atrás la etapa escolar, no le temas a los cambios en tus relaciones. Abre espacio para nuevos encuentros y valora a quienes siguen contigo. La amistad, como tú, también evoluciona. Fuera del aula es donde realmente empieza a brillar.

En este tipo de gran dispersión donde cada uno toma su camino, recuerda que las amistades se miden por la calidad del vínculo. Algunas se quedarán, otras partirán y muchas más están aún por descubrirse. Abraza este cambio con gratitud por lo vivido y con el corazón abierto a nuevas conexiones. Porque crecer es elegir con quien estar.

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Brenda Jaet

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