María Félix y Leonora Carrington: así nació la misteriosa obra que las unió

Entre el mito y el sueño, “Sueño de sirenas” reúne el genio de Leonora Carrington y la esencia enigmática de María Félix en una obra que trasciende el tiempo.

María Félix y Leonora Carrington así nació la misteriosa obra que las unió
Sueño de sirenas (1963) por Leonora Carrington. Foto:Instagram@didonnagalleries

“México es el país más surrealista del mundo”, sentenció André Breton tras su visita en 1938. Aquella frase no fue casual, sino una declaración que encapsulaba la esencia de un país donde lo cotidiano y lo extraordinario conviven con absoluta naturalidad. México, en la segunda mitad del siglo XX, se convirtió en un nido fértil para artistas de todas las disciplinas, atraídos por la energía onírica que parecía emanar de su tierra.

Una de esas artistas fue Leonora Carrington, figura clave del surrealismo, quien encontró en México no solo un refugio, sino el escenario ideal para que su imaginación sin fronteras tomara forma. Fue aquí donde su obra alcanzó una madurez estética cargada de símbolos, misticismo y sueños. Carrington no solo pintaba visiones; las habitaba.

Es precisamente en este contexto mágico y culturalmente vibrante donde se entrelazan dos mujeres excepcionales: Carrington y María Félix. El destino –y Renato Leduc, esposo de Carrington en ese entonces– las reunió en París, donde la diva del cine quedó fascinada con el universo pictórico de la artista. Más tarde, ese encuentro fructificaría en una obra sin igual: Sueño de sirenas.

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Una diosa con rostro de mujer: el misticismo detrás de “Sueño de sirenas”

Inspirada por un sueño que la misma María Félix compartió con Carrington, la obra nació de un relato tan enigmático como poderoso: “Soñé que estaba en el mar, apareciendo primero como una sirena madreperla, luego como una sirena de fuego, y finalmente como una sirena de bronce”, dijo la actriz. Ese sueño se convirtió en la materia prima para un tríptico que mezcla lo sacro con lo surrealista, lo íntimo con lo mítico.

maría félix
Foto: Instagram @mariafelixoficial_

El cuadro, titulado Sueño de sirenas (1963), representa a María en tres formas distintas que evocan una trinidad simbólica: una sirena blanca, pura; una roja, de fuego; y una negra, misteriosa. Cerrado, el tríptico sugiere la dualidad entre diva y diosa; abierto, revela la complejidad espiritual de una figura que trasciende el plano humano.

La composición recuerda al arte sacro: uso del tríptico, colorido intenso, proporciones dramáticas. José Horna, diseñó el marco que resguarda la obra, decorado con ojos, manos, alas y flores que parecen custodiar un secreto divino. El conjunto es una experiencia sensorial completa, una puerta abierta al subconsciente colectivo.

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Una joya surrealista regresa al escenario público

Tras permanecer en manos privadas durante casi dos décadas, Sueño de sirenas reaparece en escena. Su última subasta fue en 2007, cuando Christie’s Nueva York la adjudicó a un coleccionista suizo. Hoy, en el marco de Art Basel 2025, esta obra maestra regresa al ojo público de la mano de Di Donna Galleries, como si emergiera de nuevo desde las profundidades del inconsciente.

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Karla Talavera

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