Así fue el momento en que el Papa León fue golpeado por una multitud fuera de control

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Karla Talavera

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Publicado: 29/6/2025 · 5:00 p.m. MX | Actualizado: 29/6/2025 · 5:00 p.m. MX

Durante el tradicional recorrido del Papa León XIV en la Plaza de San Pedro, luego de una audiencia pública en el Vaticano, se vivió un momento de tensión que dejó en evidencia los riesgos que aún persisten en los encuentros multitudinarios con el pontífice. La escena hizo recordar trágicos episodios del pasado, como el atentado contra Juan Pablo II en 1981, en ese mismo lugar, donde recibió cuatro disparos y sobrevivió milagrosamente.

El incidente ocurrió poco después de que el Papa ofreciera unas palabras con motivo del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, haciendo un llamado a condenar a quienes involucran a inocentes en el narcotráfico, y destacando la importancia de proteger a los grupos más vulnerables como los niños y los migrantes.

Mientras avanzaba saludando a los fieles, un grupo de hombres apostado detrás de una valla comenzó a agitarse visiblemente con la intención de llamar la atención del Papa. Uno de ellos portaba un objeto que parecía ser un guante de béisbol, un gesto simbólico dirigido al pontífice, reconocido aficionado a este deporte y fan declarado de los Chicago White Sox. Al parecer, el hombre intentó que el Papa atrapara el guante como lo ha hecho antes con peluches u otros obsequios.

La emoción desbordada que pudo terminar en tragedia

Sin embargo, el objeto no fue visto a tiempo y terminó golpeando al Papa en la cabeza, desacomodando su solideo. El impacto provocó que el Santo Padre diera unos pasos hacia atrás justo cuando la valla cedió ante la presión de la multitud. La seguridad papal actuó de inmediato, interponiéndose entre el público y el pontífice para evitar una posible caída o situación más grave.

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El Papa León XIV, fiel a su estilo pacificador, levantó las manos en señal de calma, logrando que el ánimo entre los presentes disminuyera. El recorrido continuó con cautela, pero el incidente ha encendido nuevamente las alarmas sobre la seguridad del pontífice en eventos públicos.

Hasta el momento, el Vaticano no ha emitido ningún comunicado oficial respecto al incidente, ni se han anunciado cambios en los actuales protocolos de seguridad. Esto no resulta del todo sorpresivo, ya que el Papa León XIV ha mantenido desde el inicio de su pontificado una doctrina de cercanía, humildad y apertura hacia los fieles, privilegiando el contacto directo y evitando en lo posible barreras físicas que lo separen del pueblo. Esta postura, aunque profundamente humana y espiritual, también plantea nuevos desafíos para quienes velan por su integridad en cada aparición pública.

Este episodio invita a reflexionar no solo sobre las medidas de protección del Vaticano, sino también sobre el comportamiento de los fieles. Si bien el fervor por saludar al Santo Padre es comprensible, es fundamental recordar que la emoción desmedida puede poner en riesgo tanto al Papa como a los propios asistentes.

Karla Talavera