El secreto de una copa legendaria: la joya de champán que Hermès protegió para la realeza

Una pieza única que une la historia de Francia e Inglaterra a través del arte, el vino y la diplomacia.

Foto:Instagram@royalcollectiontrust

Durante la visita oficial de Emmanuel Macron y su esposa Brigitte Macron al Reino Unido, el rey Carlos III y la reina consorte Camila no escatimaron en atenciones. Más allá del banquete tradicional, la pareja real británica preparó una muestra de piezas de arte pertenecientes a la Royal Collection, una de las más prestigiosas del mundo. Entre ellas, hubo una que capturó especialmente la atención: una antigua copa de champán envuelta en un lujoso estuche diseñado por Hermès, con una historia que conecta el corazón de Inglaterra con la esencia de la región de Champagne.

Esta copa, considerada por muchos como la más antigua de su tipo, fue elaborada durante el reinado de Carlos II de Inglaterra, poco después del descubrimiento del vino espumoso en Francia por Dom Pérignon. Lo que la convierte en una reliquia aún más especial es que fue obsequiada a los reyes Jorge V y María en 1935, como homenaje de parte de los viticultores, corcheros y vidrieros de Reims y Épernay, con motivo de su Jubileo de Plata.

Una obra de arte dentro de otra: historia, técnica y simbolismo

La copa, que descansa sobre un tallo en forma de balaustre y una base moldeada en espiral, se encuentra resguardada dentro de una caja de diseño Art Déco, hecha en esmalte azul y plata. Esta caja pentagonal tiene puertas frontales que, al abrirse, revelan no solo la copa, sino también una inscripción dorada que narra su origen y el gesto de hermandad entre ambas naciones.

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El estuche fue creado por el esmaltador francés Jean Goulden, una figura clave del movimiento Art Déco. Goulden, originalmente médico y veterano de guerra, perfeccionó sus técnicas de esmaltado tras convivir con comunidades monásticas en el Monte Athos, y más tarde fue introducido al esmaltado champlevé por Jean Dunand. Sus obras, caracterizadas por líneas negras marcadas, colores intensos y formas geométricas, se consideran obras maestras del diseño decorativo del siglo XX.

La caja fue encargada tras la compra de la copa en una subasta en Londres en 1934, donde pertenecía a la colección privada de Grant R. Francis, uno de los mayores coleccionistas de cristalería de su tiempo.

Más allá de su belleza, esta pieza representa un símbolo diplomático que celebra la tradición, la excelencia artesanal y la conexión histórica entre dos países con una fuerte herencia cultural.

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¿Cuántas historias guardarán aún los objetos de la Royal Collection que el mundo no ha descubierto?

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Karla Talavera

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