ENTREVISTA: El viaje íntimo que vivió Paulina Dávila al interpretar a Graciela en ‘Chespirito: Sin querer queriendo’

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Karla Talavera

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Publicado: 30/7/2025 · 10:00 p.m. MX | Actualizado: 30/7/2025 · 10:00 p.m. MX

Desde las artes visuales hasta la actuación, Paulina Dávila ha transitado un camino creativo lleno de matices. Hoy, al interpretar a Graciela Fernández, la esposa de Roberto Gómez Bolaños en ‘Chespirito: Sin querer queriendo’, se enfrenta a uno de sus papeles más desafiantes y emocionalmente intensos.

En entrevista con Panorama, la actriz revela que, aunque su origen es muy distinto al del personaje, encontró conexiones profundas que la atravesaron en lo más íntimo. “Graciela es una mujer profundamente humana, con rupturas, sacrificios y un rol fundamental en la creación de todo lo que conocemos de Chespirito”, nos cuenta Dávila.

La complejidad de encarnar a una mujer que vivió varias etapas vitales —como madre, esposa, sostén silencioso y testigo de una era— fue uno de los mayores retos interpretativos. Sin embargo, también se convirtió en una oportunidad para reconciliar su propio linaje femenino: su madre, su abuela, su bisabuela.

Conexiones que trascienden el guion

Uno de los detalles más entrañables de esta experiencia fue redescubrir un legado familiar: la costura. Graciela amaba coser, y aunque Paulina no tenía ese vínculo, decidió aprender antes de iniciar las grabaciones. Guiada por su madre y su abuela durante unas vacaciones en Colombia, Dávila aprendió a manejar la máquina de coser. Lo que comenzó como una preparación actoral se transformó en una vivencia sanadora que le permitió conectar con su historia personal y rendir homenaje a las mujeres de su familia.

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Además, al compartir escena con los hijos reales de Graciela, quienes también participaron como guionistas del proyecto, la experiencia se volvió aún más significativa. “Fueron mi termómetro emocional. Me dieron libertad, pero también fueron una fuente invaluable de inspiración”, confiesa.

Una historia que resuena más allá de la pantalla

Para Dávila, Sin querer queriendo no solo ha sido una serie, sino un homenaje a todas las mujeres invisibilizadas que sostienen grandes historias desde las sombras. Al finalizar el rodaje, se llevó consigo algo más que un personaje: una nueva conciencia sobre las brechas generacionales, el rol de la mujer en distintas épocas y el poder de las narrativas personales.

“Este personaje me permitió integrar muchas de mis propias vivencias y al mismo tiempo honrar las de otras mujeres. Ha sido un regalo en todos los sentidos”, concluye con emoción. Con un éxito rotundo y una recepción cálida del público, Sin querer queriendo ha marcado un antes y un después en la televisión. Y para Paulina, ha sido mucho más que un proyecto: ha sido un acto de memoria, de transformación y de amor.

Karla Talavera