Lindsay Lohan habla del precio de la fama y su trauma mediático

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Karla Talavera

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Publicado: 4/8/2025 · 5:29 p.m. MX | Actualizado: 4/8/2025 · 5:29 p.m. MX

Lindsay Lohan tenía apenas 12 años cuando el mundo la conoció como Annie y Hallie en “Juego de gemelas”, esa comedia noventera que la convirtió en la niña prodigio de Disney. Carismática, talentosa y con una chispa inconfundible, parecía destinada a una carrera imparable.

Y lo fue… aunque no en la dirección que todos esperaban. Luego vendría el éxito de “Viernes de locos”, junto a Jamie Lee Curtis, que la consolidó como una estrella adolescente capaz de cargar películas enteras con humor, emoción y autenticidad. Pero la fama temprana tiene un precio, y Lindsay lo pagó alto. Las cámaras nunca se apagaron.

Su vida se volvió un espectáculo constante: desde amistades con otras celebridades en crisis, hasta arrestos, adicciones y una persecución mediática que alimentó titulares por años. La chica brillante que una vez encantó a Hollywood terminó siendo un nombre más en la lista de estrellas rotas. Una caricatura mediática que muchos dejaron de tomar en serio.

De icono pop a figura resiliente

Hoy, a sus 39 años, Lindsay Lohan resurge con otra luz. Se ve más tranquila, centrada, radiante. Su regreso al cine con papeles más maduros y su participación en el revival de “Otro viernes de locos” han mostrado a una mujer que no ha olvidado su pasado, pero ha aprendido a no dejarse definir por él. Y es precisamente ese pasado lo que ha vuelto a estar sobre la mesa en su reciente entrevista con The Sunday Times, donde habló con honestidad sobre el lado oscuro de la fama.

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“Da miedo. Es muy incómodo. Preferiría que simplemente me preguntaran si me pueden hacer una foto o no”, confesó. “Te vuelves cauteloso con cada movimiento que haces”.

Lindsay también reconoció que, aunque el acoso de los medios ha cambiado con el tiempo, las heridas persisten: “Siento que ya no es tan grave como antes. Era peor cuando yo era joven. Gracias a las redes sociales, la gente puede contar su propia historia de la forma en que quieren que sea contada. Han recuperado el control de su vida”.

Y sin resentimientos, pero con claridad, admitió:“La fama es algo a lo que te apuntas. Quieres alcanzar el reconocimiento, aunque quizás no todos los aspectos que conlleva. No estás pidiendo que te sigan ni que la gente se entrometa”.

Ahora, lo que más le importa: su hijo

Convertida recientemente en madre, lo que más le preocupa ya no es ella, sino la protección de su familia. “No quiero que mi familia viva la experiencia de ser perseguida por los paparazzis como yo. Fueron momentos aterradores de mi vida, sufro de TEPT -Trastorno de Estrés Postraumático- extremo por este tipo de cosas. Situaciones muy invasivas. Realmente aterradoras. Y rezo para que cosas así no vuelvan. No es seguro. No es justo”.

Atrás quedaron los flashes descontrolados, las portadas escandalosas y los años de confusión. Lindsay Lohan hoy quiere paz, tanto para ella como para el hijo que apenas comienza a descubrir el mundo. Y aunque sigue en los reflectores, ahora es ella quien decide cuándo, cómo y por qué contar su historia.

¿Qué nuevas facetas nos mostrará Lindsay Lohan ahora que escribe su historia desde un lugar más consciente y en paz?

Karla Talavera