Sydney Sweeney atrapada entre la moda y la polémica: un escándalo que sigue sin aclararse

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Karla Talavera

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Publicado: 3/8/2025 · 7:42 p.m. MX | Actualizado: 3/8/2025 · 7:42 p.m. MX

Si tienes memoria visual de los íconos de la moda de los años 80, seguramente recuerdas aquella frase que desató una tormenta: “¿Sabes qué hay entre yo y mis Calvin? Nada.” La dijo Brooke Shields, entonces de 15 años, en una campaña de Calvin Klein que pasó a la historia por su audacia... y su polémica. La marca vendió millones de jeans, sí, pero a cambio de un precio ético altísimo:erotizar de forma desmedida a una adolescente en prime time. Hoy, décadas después, esa campaña no ha envejecido bien. Y sin embargo, el déjà vu es inevitable.

En 2025, American Eagle lanza una campaña con Sydney Sweeney que, aunque distinta en tono y época, toca fibras inquietantemente similares. En uno de los spots, la actriz camina hacia un espectacular donde borra la palabra “genes” para escribir “jeans”. Después, en otro video, habla sobre la herencia genética —el color de ojos, la personalidad, el cabello— para cerrar con la frase: “Mis jeans son azules.” Lo que en el papel pudo sonar como un juego de palabras, en la ejecución levantó alarmas.

El problema no es el denim, sino el mensaje

Usuarios en redes sociales acusaron a la marca de difundir un mensaje con ecos eugenésicos, al celebrar -implícitamente- rasgos considerados socialmente “superiores”, como los ojos azules o la belleza blanca, bajo un discurso disfrazado de publicidad juvenil. En TikTok, varias voces llamaron a la campaña una “señal racial codificada”, y otras incluso la ligaron a “propaganda nazi”.

American Eagle reaccionó con un comunicado que sonó más a control de daños que a verdadera responsabilidad: “‘Sydney Sweeney Has Great Jeans’ es y siempre fue sobre los jeans. Sus jeans. Su historia.” Una respuesta que, para muchos, sonó a “Lamento que te hayas sentido así, pero no cambiaré nada.”

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Una polémica que encuentra terreno fértil

Este no es un terreno neutral para Sydney Sweeney, quien en 2022 ya fue señalada por supuestas simpatías conservadoras tras una fiesta familiar donde varios asistentes llevaban gorras con frases como “Make Sixty Great Again” o camisetas de “Blue Lives Matter”. Aunque ella trató de desligarse en su momento, la revelación reciente de su afiliación al Partido Republicano en Florida reavivó las sospechas.

Y ahora, el contexto no perdona: una actriz con estas conexiones, en una campaña que pone en primer plano los “genes”, con estética limpia, blanca y “perfecta”, en una marca que se dirige principalmente a la generación Z, se siente como una narrativa cuidadosamente diseñada… pero también peligrosamente insensible.

A 40 años del escándalo de Calvin Klein, volvemos a preguntarnos si la moda es solo moda. ¿Por qué seguimos aceptando narrativas visuales que embellecen lo que deberíamos cuestionar?Tal vez la pregunta no es si aprendimos del pasado, sino si realmente quisimos aprender algo.

Karla Talavera