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La fiesta del siglo| El TDAH y el alcohol

Una combinación de alto riesgo que puede agravar este padecimiento

La fiesta del siglo| El TDAH y el alcohol
Ruddy Tercero. Foto: Especial.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurológica que afecta tanto a niños como a adultos, sus principales características son dificultades en la atención, impulsividad y, en muchos casos, hiperactividad. Aunque se puede llevar una vida plena y funcional con TDAH, consumir alcohol puede complicar muchísimo el manejo de este trastorno.

Hay muchos estudios que han demostrado que las personas con TDAH corren un mayor riesgo de desarrollar problemas relacionados con el abuso de sustancias, incluido el alcohol. Esto se debe en parte a la impulsividad característica del trastorno, que puede llevar a nuestros hijos a tomar decisiones apresuradas o a una búsqueda de gratificación inmediata. Ahora bien, si una de las características del TDAH es la ansiedad y el alcohol calma la ansiedad al producir dopamina, esto va a ser algo que les va a gustar y a atraer, las posibilidades de que se vuelvan adictos a esta sustancia se eleva exponencialmente.

Para acabarla de amolar, el alcohol no sólo no resuelve estos problemas, sino que puede agravarlos. El consumo de alcohol en personas con TDAH puede empeorar la falta de concentración, aumentar la impulsividad y disminuir el autocontrol. Además, el alcohol interfiere con los medicamentos que muchas personas con TDAH toman para controlar sus síntomas. Esta interferencia puede disminuir la efectividad del tratamiento o, peor aún, provocar efectos secundarios peligrosos.

La prevención debe comenzar desde edades tempranas y el papel de los padres es crucial. En muchos hogares se minimiza el impacto del alcohol en los adolescentes, permitiéndoles “probar” bebidas alcohólicas en reuniones familiares o fiestas, como si se tratara de un rito de paso inofensivo. Si un adolescente ha sido diagnosticado con TDAH, los adultos responsables deben comprender que su hijo enfrenta un riesgo mayor y que su acompañamiento puede marcar la diferencia entre un desarrollo saludable y una vida marcada por dificultades que se pueden evitar.

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Rudy Tercero

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