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Dr. Mario Alonso Puig: “El ego es la raíz de todo sufrimiento humano”

Cirujano, conferencista internacional, autor de decenas de libros que han apoyado a millones de personas, y un referente mundial en el tema de la neurociencia, así como del desarrollo humano

Dr. Mario Alonso Puig
Dr. Mario Alonso Puig. Fotos: JDS Agencia

Hay muchas herramientas que hemos aprendido en tus libros. Pero ¿qué pasa cuando ya trabajaste un trauma, algún problema, estás consciente de que eres capaz de cambiar, pero hay una voz muy antigua, muy interna que te dice “no puedes” y te sigue saboteando?

Esta es una pregunta de gran profundidad y que tenemos que ser muy humildes a la hora de contestarla porque efectivamente hay personas que han pasado por situaciones tan dramáticas en su vida que lo último que esperan es que les des una respuesta fácil. En primer lugar, hay una parte que nosotros tenemos que reconocer y es que sobre todo las heridas en el mundo afectivo, en el mundo del amor, pueden dejar una huella importante no sólo en el momento en el que fueron creadas o en el que sucedieron, sino a lo largo de los años. Entender qué podemos hacer para ir convirtiendo la herida en cicatriz, la clave es aprender a cicatrizar lo que se llaman las heridas ontológicas. Una herida ontológica es una herida en el alma y voy a explicar cómo se hace porque estas son las más importantes. Si a mí en un momento determinado, cuando soy pequeño, alguien me dice “eres estúpido, no sirves para nada”, en ese momento se ha producido una herida. ¿Cuándo esa herida adquiere el calificativo de ontológica? Cuando yo, frente a eso que me ha sucedido, hago una generalización. Si me dicen que no sirvo para nada, es que yo no soy válido, es que yo no soy merecedor del éxito, es que yo no soy capaz. En el momento en el que yo generalizo algo que me han dicho, esa herida, si no se cicatriza, estará presente durante toda la vida.

¿Cómo se puede transformar?

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En primer lugar, entendiendo una cosa: Quien tú eres no depende de lo que te ha dicho una persona. Quien tú eres depende de quién te ha creado. Y el universo, Dios, como cada uno le quiera llamar, nunca crea seres imperfectos. Una vez que yo soy consciente de eso, no puedo seguir culpando a la persona que me hizo la herida del hecho de que siga abierta. Tengo que tomar yo la responsabilidad. Si yo quiero que eso quede en el pasado, que es donde sucedió, yo hoy en el presente tengo que tomar responsabilidad y en ese momento lo que haces es cambiar el lenguaje, decir cometo errores, tengo defectos, sin embargo, soy un ser absolutamente válido, capaz, soy un ser digno de amor.

¿Qué se hace con aquellos vacíos que, a pesar de estar rodeados de personas, seguimos sintiéndonos solos?

Tenemos dos tipos de vacíos. El primero es el vacío emocional y el segundo es el vacío existencial. El vacío emocional es cuando yo siento que no le importo a los demás, que no me valoran, cuando siento que no me quieren, tengo esas emociones propias de la persona que no se siente valorada, que no se siente apoyada, que no se siente acompañada, etc. Y esto es una parte muy importante en la vida de un ser humano. El más profundo no es el vacío emocional, el más profundo es el vacío existencial, también llamado vacío ontológico. ¿Qué quiere decir? Que yo me siento dividido, separado del resto. No solamente es que vea que los demás son distintos, es que los veo como distantes. Me siento separado de la vida, me siento arrojado a un mundo sin sentido, me siento perdido en un mundo que no entiendo y que lo vivo a veces como hostil. Entonces, ¿qué ocurre? Que por más muestras de afecto que yo tenga a mi alrededor y que puedan llenar ese vacío emocional, si no encuentro el verdadero propósito, el verdadero sentido de mi existencia, seguiré teniendo un vacío existencial.

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Hay que entender el sentido…

Hay que entender el propósito y sobre todo hay que recuperar una cosa que es fundamental que es el sentimiento de unidad, es decir tú eres distinta a mí, independientemente de lo que tú pienses, de lo que tú creas, de lo que tú sientes, tú compartes conmigo y yo comparto contigo que somos seres humanos en nuestro camino hacia la plenitud, por tanto, lo que nos separa siempre es mucho menos que lo que realmente nos une, salvo que nos hayamos desconectado de eso que nos une.

¿Qué papel juega el ego?

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El ego es una ilusión creada por la mente, también se llama yo superficial o yo ilusorio, y el ego es la causa de todo el sufrimiento del ser humano, no de una parte, de todo. El dolor forma parte de nuestra naturaleza. El ego necesita tres cosas para que sigamos creyendo que es real, necesita controlarlo todo. El ego necesita poder, y el poder puede llegar al grado del sometimiento de los demás para sentirme que soy más que el resto. Por eso cuando una persona está tremendamente atrapada por su ego nunca tiene ni bastante dinero, ni bastante poder. Nunca es suficiente. El ego es oscuridad, no pelearía contra la oscuridad ni negaría que hay oscuridad, lo que harías es meter luz. La luz viene del yo profundo, del Ser. ¿Qué es lo que alimenta esa luz? Primero, la contribución, que te importen de verdad los demás. Que no pienses tanto en qué puedo sacar yo de aquí, sino qué puedo ofrecer aquí. En segundo lugar, que metas a los demás en la ecuación, que no piense sólo en lo que yo siento y necesito, sino en lo que nosotros sentimos y necesitamos. En tercer lugar, la reconexión con la naturaleza, nos ofrece un campo de infinitas posibilidades para reconectar con nuestro verdadero ser. Por otro lado, una cosa que ayuda muchísimo para la disolución del ego es el silencio. Porque claro, el ego se mantiene a través del pensamiento.

Dr. Mario Alonso Puig
“La certeza de que dentro de cada uno de nosotros hay un potencial extraordinario. Sin excepción, independientemente de nuestras circunstancias”.

¿Cuál es ese mensaje que crees que el mundo necesita escuchar hoy en día con todo lo que estamos viviendo?

Es un mensaje de amor, de fe y esperanza. El amor del que hablo no es un simple sentimiento, es fácil amar como sentimiento a nuestra pareja o hijos, a nuestros amigos, estoy hablando de un amor como elección vital, es decir incluir a la otra persona en nuestros intereses, en nuestros deseos de bienestar. Esto es lo que hace que nosotros busquemos mirar en lo profundo, mirar en lo eterno y no simplemente mirarnos en lo superficial, en lo pasajero. Poquito a poco cuando nos levantemos decir a ver hoy cómo puedo ayudar a una persona, me caiga bien o no me caiga bien, hacer frente con mayor ilusión serenidad y confianza a sus desafíos. En segundo lugar, la fe. Es la certeza de que dentro de cada uno de nosotros hay un potencial extraordinario. Sin excepción, independientemente de nuestras circunstancias, estamos llamados a la plenitud. La certeza de que el universo, Dios, como queramos llamarlo, no es un mundo hostil ni un juez implacable, sino que es un mundo de amor y de sabiduría infinita, deseando que abramos la puerta para transformar nuestras vidas. En tercero, la esperanza. Abrirte a que lo extraordinario pueda suceder en tu vida.

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Verónica Sánchez

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